Re-ordenar el Paisaje Cultural Cafetero – un modelo para el desarrollo rural integral desde los valores productivos, sociales, culturales y ambientales del territorio
Titulo: Re-ordenar el Paisaje Cultural Cafetero – un modelo para el desarrollo
rural integral desde los valores productivos, sociales, culturales y
ambientales del territorio
Nombres de los ponentes: Urte Duis, Carolina Saldarriaga
Filiación: Alma Mater – UTP, UQ
urteduis@gmail.com, carolina.saldarriaga@utp.edu.co
Mesa, subtema: Dosquebradas, Ordenamiento territorial
Resumen: El eje cafetero y el norte del Valle muestran aspectos homogéneos
culturales y naturales que unen a cuatro departamentos en el Paisaje Cultural
Cafetero declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este territorio
patrimonial es una construcción social, resultado de las relaciones sociales que se
expresan en formas de uso, ocupación, apropiación y distribución del territorio y en
los factores que reflejan los valores productivos, sociales, culturales y ambientales.
¿Cómo integrar estos valores en los procesos de ordenamiento territorial?, fue una
de las preguntas que llevo al estudio “Guía y Modelo de integración del Plan de
Manejo del Paisaje Cultural Cafetero en el ordenamiento territorial”, tema de esta
ponencia.
Una herramienta fundamental para la protección, conservación y desarrollo de
estos valores tangibles e intangibles del paisaje cultural son los planes y
esquemas de ordenamiento territorial como política pública. Sin embargo, el
alcance de la planificación territorial mediante estos instrumentos es limitada así
se propuso, desde el enfoque de desarrollo territorial endógeno incluir procesos de
valoración de los activos locales y un cambio institucional a escala de territorios
rurales, que se orienta a fortalecer las articulaciones entre los actores sociales
desde la participación iterativa y orientar las normas a través de la caracterización,
valoración, evaluación, definición de objetivos de paisaje y directrices para
asegurar la sostenibilidad del territorio rural. Esto significaría un modelo hacia un
ordenamiento territorial cualitativo, social y local, que no pretende ser una camisa
de fuerza, sino un diálogo para la co-construcción del territorio ya que son los usos
sociales los que impulsan la transformación y el desarrollo del paisaje cafetero.
Palabras claves: Paisaje cultural, valores culturales y sociales, ordenamiento
territorial, desarrollo rural integral
Abstract: The coffee exe and the north of Valle show cultural and natural
homogeneous aspects that unite the four departments of the Cultural Coffee
Landscape, declared as Heritage of the humanity by the UNESCO. This heritage
territory is a social construction that emerges as a result of the social relations that
are expressed in the usage, occupation, appropriation and distribution of the
territory and the factors that reflect the productive, social, cultural and
2
environmental values. How can we integrate these values in the Territorial planning
and land management process? This was one of the questions that lead to the
study of “Guide and model of integration of the management plan of the Cultural
Coffee Landscape in the territorial planning and land use management”, topic of
this Presentation.
A fundamental tool for the protection, conservation and development of these
tangible and intangible values of the Cultural Landscape are the plans and
schemes of territorial planning as public politics. However, the scope of the current
territorial planning through these instruments is limited, that’s how it was proposed,
to include processes of valuation from the local assets, and an institutional change
of the rural territories from the focus of the endogenous territorial development that
is oriented to strengthen the articulations between the social actors from the
interactive participation, and modify the norms through the characterization,
valuation, evaluation, definition of aims and objectives of landscape and directives
to assure the sustainability of the rural territory. This would mean a model towards
a qualitative, social and local territorial planning, that doesn’t pretend to be a
straitjacket, but a dialogue for the collective co-construction of the territory,
because it’s the social usages that impulse the transformation and the
development of the coffee landscape.
Key words: Cultural landscape, cultural and social values, territorial planning, rural
integral development
Introducción
El Paisaje Cultural Cafetero está conformado por 47 municipios y 411 veredas de
los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca, con cerca de
24 mil fincas cafeteras en área principal, en las que viven aproximadamente 80 mil
personas. Cuenta con 141.120 hectáreas de área principal y 207.000 de
amortiguamiento (ver: Ubicación Mapa 1).
3
Mapa 1: Ubicación Paisaje Cultural Cafetero en Colombia
(http://www.vmapas.com/America/Colombia/Mapa_Politico_Colombia_2001_CIA.jpg/maps
-es.html; http://upload.wikipedia.org/wikipedia/commons/a/a2/ Paisaje- Cafetero-
Colombiano.png),
La declaratoria como Patrimonio de la Humanidad representa el inicio de construir
una nueva forma de gestionar y ordenar el territorio. Un territorio que es paisaje y
patrimonio implica un desafío para el sistema nacional de cultura, para el
ordenamiento territorial, para la gestión ambiental y para el desarrollo rural, en
términos de políticas de conservación y manejo del legado cultural y ambiental,
significa comprender una mixtura patrimonial concentrada en un área de alrededor
de 141 mil hectáreas, una tierra productiva y dinámica, es decir un “territorio
patrimonial vivo” sin precedentes.
El plan de manejo del área como un instrumento para guiar los primeros pasos en
ese entendimiento del paisaje, ha sido diseñado por los equipos universitarios y el
Ministerio de Cultura; propone una serie de estrategias y medidas para garantizar
la salvaguarda de los valores patrimoniales del paisaje que han configurado un
patrimonio que hoy se considera excepcional.
Tabla 1: Objetivos y estrategias del Plan de Manejo (Ministerio de Cultura, FNC 2009)
Objetivo Estrategias
Objetivo 1. Fomentar la competitividad y
sostenibilidad de la producción cafetera.
Lograr una caficultura joven, productiva y rentable
Objetivo 2. Promover el desarrollo de la
comunidad cafetera y su entorno.
Mejorar los procesos educativos y de capacitación en la
comunidad cafetera
Gestionar proyectos que mejoren la infraestructura de la
comunidad
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Objetivo Estrategias
Incentivar el desarrollo de proyectos productivos y
turísticos que generen valor a los habitantes rurales
Objetivo 3. Conservar, revitalizar y
promover el patrimonio cultural y
articularlo al desarrollo regional.
Fomentar la investigación, valoración y conservación del
patrimonio cultural
Promover la participación social en el proceso de
valoración y difusión del patrimonio cultural y los valores
sociales del PCC
Objetivo 4. Fortalecer el capital social
cafetero.
Fomentar el liderazgo y la participación de la población
cafetera
Objetivo 5. Impulsar la integración y
desarrollo regional.
Integrar los objetivos de conservación del PCC a la
política regional, nacional e internacional
Objetivo 6. Apoyar la sostenibilidad
productiva y ambiental del PCC.
Desarrollar iniciativas que generen un impacto positivo
en el medio ambiente
Promover desarrollos científicos y tecnológicos
oportunos y pertinentes que fomenten el uso sostenible
del PCC
Fuente: Ministerio de Cultura, FNC 2010
Los valores productivos, territoriales, ambientales, culturales y sociales
identificados en el paisaje cafetero (Duis, 2007), han dejado marca en el territorio
y en la memoria de sus habitantes; su protección y puesta en valor depende de la
capacidad del colectivo para proyectar acciones hacia la sostenibilidad del bien.
El Ministerio de Cultura ha delimitado cuatro grandes líneas de valores que
orientan la gestión del bien:
Esfuerzo humano familiar, generacional e histórico para la producción de un
café de excelente calidad en el marco de un desarrollo humano sostenible.
Cultura cafetera para el mundo.
Capital social estratégico construido alrededor de una institucionalidad.
Relación entre tradición y tecnología para garantizar la calidad y
sostenibilidad del producto.
Estos se materializan en atributos que se definieron partiendo de un sistema
patrimonial del paisaje que buscaba valorar la cultura cafetera y la belleza
escénica; albergar a la población; estimular las actividades productivas locales y
contribuir a la caficultura, así:
Café de montaña, predominancia de café, cultivo en ladera, renovación de
cafetales, diversificación de cultivos, presencia de cafés especiales,
Oferta hídrica, patrimonio natural,
Arquitectura de bahareque, estructuras urbanas de damero, patrimonio
arqueológico,
5
Poblamiento concentrado y estructura de propiedad fragmentada,
minifundio cafetero, tradición histórica en la producción de café,
Influencia de la modernización, presencia de institucionalidad cafetera.
Ahora bien, este paisaje es la cara visible de un espacio rural, un territorio
resultado de las relaciones sociales que se expresan en formas de uso,
ocupación, apropiación y distribución del territorio cuya transformación es
permanente. Frente a este escenario surge la pregunta ¿Cómo se puede generar
más conocimiento y valoración de los aspectos patrimoniales tangibles e
intangibles representados en los valores del paisaje que conduzcan a su
conservación y salvaguarda en términos de integridad y autenticidad1? ¿Cómo se
integran los valores y atributos del Paisaje Cultural Cafetero en los procesos de
ordenamiento territorial para su protección, conservación y desarrollo? Estas
preguntas iniciaron el estudio que aquí se presenta realizado con la Red Alma
Mater - Universidad Tecnológica de Pereira bajo el título “Guía y Modelo para la
integración del Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero en el ordenamiento
territorial”.
Los planes y esquemas de ordenamiento territorial como política pública inciden
en la transformación del territorio y son obligatorios para los municipios
colombianos. La escala municipal es la más apropiada para implementar las
estrategias del Plan de manejo del Paisaje Cafetero. Así se plantea que en la
revisión de los POT (se incluyen los esquemas de ordenamiento, los planes
básicos y planes de ordenamiento territorial bajo esta denominación) que se
efectuará en la mayoría de los municipios a partir de este año, se integrarán los
atributos y valores del Paisaje Cultural Cafetero de manera transversal y
específica, el primero considera todas las estrategias del plan de manejo como
aporte al desarrollo rural, el segundo considera medidas específicas en cuanto al
desarrollo cultural y tratamiento paisajístico.
Ahora bien, para ordenar el paisaje es fundamental re-definir los procesos de
ordenamiento territorial dejando más espacios a la interacción con la población
rural e identificar los valores o elementos patrimoniales inherentes al territorio para
su puesta en valor para el desarrollo local. En este sentido, el estudio determina
un procedimiento y metodologías para la integración de los valores y atributos del
PCC a los procesos de revisión de planes y esquemas de ordenamiento territorial
con un planteamiento participativo, con el propósito de promover la equidad,
mantener la autenticidad del paisaje y salvaguardar sus valores culturales y
sociales.
Significa esto la necesidad de un cambio procesual e institucional que se oriente a
fortalecer las articulaciones entre los actores sociales del territorio y busca orientar
las reglas y normas de desarrollo rural a través de un proceso de caracterización,
1 Integridad y autenticidad son dos conceptos que la UNESCO desarrollo en el documento
“Directrices prácticas sobre la aplicación de convención para la protección del patrimonio mundial”
p. 11. (1999).
6
valoración, evaluación, definición de objetivos de paisaje y directrices para
asegurar la sostenibilidad del territorio rural.
La acción de los organismos públicos y privados, tanto sectoriales como
territoriales, deberán encaminarse hacia la creación de una estructura del territorio
que integre de manera armoniosa y gradual los componentes de población,
activos culturales e infraestructura dentro del contexto del desarrollo humano
sostenible y el equilibrio entre los procesos de desarrollo endógeno y exógeno,
concretándose en los valores sociales y los atributos que caracterizan el Paisaje
Cultural Cafetero en un modelo de desarrollo local rural2
.
De este modo, la política de ordenamiento constituye un marco de referencia
compatibilizador de los objetivos de las políticas sectoriales en los distintos niveles
de la organización territorial, favoreciéndose así, la coordinación y armonía
intersectorial (coordinación horizontal) y la coordinación y armonía entre los
distintos niveles territoriales (coordinación vertical). Las medidas para la
conservación y protección del paisaje por tanto deberían estar integradas en los
instrumentos de planificación local y regional, en los de ordenación territorial y
urbanismo, incluyendo todo el territorio a lo cual se aplicarán actitudes de
conservación o protección, de gestión, ordenación, restauración y creación de
nuevos paisajes.
Objetivos
El objetivo primordial se centró en elaborar las bases para una guía que incluya
los valores del paisaje cafetero en los procesos de ordenamiento territorial como
instrumento para construir una visión del paisaje cafetero a partir de un ejercicio
participativo, ya que son los habitantes locales quienes poseen la experiencia y la
información sobre el tema, bien sea por herencia tradicional, por sus actividades
cotidianas o por iniciativas propias de aprovechamiento, manejo, conservación y
construcción del patrimonio cultural y natural de la región. Dentro del estudio se
consideran unos objetivos específicos como:
Definir un concepto de Paisaje Cultural para su integración en el
ordenamiento territorial desde el análisis conceptual y metodológico
Construir un modelo de desarrollo territorial acorde a los valores del Paisaje
Cultural Cafetero
Analizar las estructuras económicas y los marcos institucionales que
influyen en el crecimiento económico, la inclusión social y la sustentabilidad
ambiental de los territorios rurales
Identificar y aportar a la valoración de los elementos culturales
2 La orientación que han tenido los procesos de ordenamiento territorial en Colombia desde los
primeros planes diseñados, ha sido explícitamente urbano, por ello, esta propuesta se centra en el
espacio rural pero no de manera cerrada sino reconocer los múltiples vínculos entre las ciudades y
el campo circundante y la fuerte relación entre desarrollo urbano y rural, equilibrando la balanza a
partir de la integración de lo rural en las estrategias de competitividad territorial.
7
Determinar procedimientos aplicables al ordenamiento del PCC desde el
análisis de modelos de ordenación de paisajes culturales
Diseñar una propuesta metodológica para la inclusión de los lineamientos
del Plan de Manejo en los procesos del ordenamiento territorial desde la
caracterización, valoración, evaluación, definición de objetivos y directrices
Orientar políticas públicas que fomenten un cambio en la concepción de lo
rural desde la valoración de los potenciales endógenos.
En términos generales, se busca construir una guía de trabajo que inicia con el
diagnóstico sobre los recursos de interés cultural y natural de un municipio,
continúa con una revisión del modelo territorial y de la visión que se construye del
mismo hacia el futuro, para concluir con una propuesta de refinamiento del
ordenamiento que incluya consideraciones especificas sobre el conocimiento,
conservación y desarrollo de los valores del Paisaje Cultural en la reglamentación
de uso del suelo y en la formulación de programas y proyectos. A partir de este
trabajo, se pretende aportar al desarrollo de capacidades locales y asesorar los
procesos de revisión de los planes de ordenamiento territorial influyendo en las
políticas públicas hacia una valoración de lo rural y sus activos culturales y
naturales. Y finalmente, dinamizar los procesos iterativos e interactivos con las
poblaciones rurales.
Metodología
Para llegar a tal propuesta, se diseñó una metodología participativa partiendo de
procesos de valoración cultural, basada en experiencias de los departamentos del
Quindío y Risaralda entre los años 2007 y 2009 (Duis 2007, Duis et al. 2009).
Estos tenían la doble función de informar e investigar, de integrar y determinar el
estado de los valores en las comunidades cafeteras con la activa participación de
los gremios cafeteros y las gobernaciones locales.
A partir del estudio bibliográfico de modelos de desarrollo rural, paisajes culturales
y modelos de su ordenación, se construyen orientaciones para un nuevo modelo
de desarrollo rural partiendo de la revalorización de los atributos y valores del
Paisaje Cultural Cafetero y del análisis de los problemas de ordenamiento
territorial frente al paisaje como espacio físico, como patrimonio y como
construcción social.
La investigación sobre el estado teórico actual de paisajes culturales se basa en
documentos secundarios especialmente de países europeos con mayor trayectoria
en este tema como Alemania (inventarios y registros de elementos patrimoniales
en procesos de ordenación y planificación territorial), Inglaterra y España, apoyado
por estudios de casos - Modelos de ordenación - de Italia (Cinque Terre), España
(Catálogos de paisaje), Argentina (Quebrada de Humahuaca) y Bolivia (Plan
Misiones), entre otros.
Además, se realizaron entrevistas con expertos en ordenamiento territorial y
estudios territoriales, participando en seminarios sobre Estudios territoriales y
8
Paisajes Culturales (Cartagena de las Indias, Manizales), además de contactar
expertos en este tema en instituciones en Bogotá.
A partir de metodologías para el conocimiento, valoración y evaluación del paisaje
cultural se diseñan herramientas para el trabajo de campo, aplicados en veredas
de la zona cafetera (estudio de caso), realizando recorridos de campo, entrevistas
semi estructuradas y talleres participativos convocados por el Comité de Cafeteros
para identificar y valorar los elementos o bienes culturales que se encuentran en
zonas rurales dado que en estas no hay registro o inventario de los bienes
culturales.
Se complementa este conocimiento local con el conocimiento de expertos en
cuanto a la historia y cultura local realizando entrevistas puntuales y mediante los
datos secundarios. Finalmente, se diseña una metodología para la integración del
Plan de Manejo del Paisaje Cultural Cafetero en el proceso de ordenamiento
territorial con una dinámica participativa para incidir y asesorar en la revisión de
los planes y esquemas de ordenamiento territorial y a la vez realizar procesos de
investigación acción participativa con las comunidades rurales. La metodología de
la guía se compone de tres partes:
1. Re-Conocimiento del paisaje.
2. Definición participativa de objetivos.
3. Determinación de programas, proyectos y propuestas.
Se espera que el ejercicio se integre en la revisión regular de los POT y sea
complementado con información sobre la biodiversidad, el Sistema Regional de
Áreas Protegidas, el ordenamiento de cuencas, la gestión de riesgos y demás
determinantes ambientales, así como los elementos asociados al patrimonio
arqueológico, arquitectónico y cultural especialmente en áreas rurales para así
establecer las bases para un registro cultural que sea punto de partida para el
desarrollo de un territorio con identidad cultural.
Resultados
De la noción de paisajes culturales a la gestión y ordenación
Según la UNESCO la categoría de Paisaje Cultural, integrado a la Convención del
Patrimonio Mundial en 1992, representa las obras que “…combinan el trabajo del
hombre y la naturaleza”, y que “ilustran la evolución de la sociedad y de los
asentamientos humanos a lo largo de los años, bajo la influencia de las
limitaciones y/o de las ventajas que presenta el entorno natural y de fuerzas
sociales, económicas y culturales sucesivas, internas y externas”, reflejando a
menudo “técnicas concretas de utilización viable de las tierras, habida cuenta de
las características y los límites del entorno natural en el que están establecidos,
así como una relación espiritual específica con la naturaleza” (UNESCO, 2005).
Ahora bien, de acuerdo a las nuevas concepciones de paisaje, se evidencia que
en pocos países latinoamericanos existen políticas paisajísticas y los enfoques de
análisis y gestión del territorio o el paisaje están orientados a la conservación de
9
imágenes estáticas o procesos ecológicos. Así mismo, hacen falta instrumentos
específicos en materia de paisaje, para la sensibilización de la población, “para
dotar a las administraciones de recursos normativos y financieros y para poner a
disposición de los profesionales nuevas herramientas de diagnostico y propuesta”
(Busquets y Cortina 2008).
En este sentido, Berque (1997) plantea que para "ordenar un paisaje debe
penetrarse en su sentido, el ordenamiento del paisaje debe ser un desarrollo pero
en ningún momento una intrusión brutal fuera de escala, este no descuidará la
demanda social", así respondiendo a lo que la comunidad necesita.
Se consideran varias formas en el proceso de gestión del paisaje como la
conservación, la protección, la recuperación y el ordenamiento.
Este último se relaciona con orden, ordenar y organizar lo que obedece a una
lógica de los elementos en un espacio, se deriva del latín ordo y del griego ortos,
este último significa recto y correcto. Se asume entonces que se requieren
principios que estructuran la organización del espacio, y estos pueden ser
políticos, económicos, administrativos, culturales, naturales y sociales (Velásquez
López, 2007).
El ordenamiento territorial (OT) se concibe, hoy en día, como expresión espacial
del desarrollo de la sociedad y como estrategia de planificación territorial. En tal
sentido, el OT constituye un proceso que involucra un conjunto de políticas, líneas
de acción, medios instrumentales y proyectos que buscan actuar sobre la
organización espacial para configurar, en el largo plazo, una estructura del
territorio que integre de manera armoniosa y gradual los componentes de
población, recursos naturales e infraestructura dentro del contexto del desarrollo
humano sostenible (Massiris 2004). Es una política de Estado que busca una
adecuada proyección espacial de las políticas estatales. En este sentido, según la
Ley 388 de 1997 (Ley de desarrollo territorial) y decretos reglamentarios, los
Municipios deben asumir el proceso de planeación y ordenamiento de su
desarrollo territorial.
Ahora bien, la integración del paisaje cultural como patrimonio territorial en estos
procesos es novedoso y carece de experiencias en el territorio colombiano. Para
el caso del PCC, el significado e importancia de su ordenación, se basa
principalmente en la magnitud del proyecto regional, su sustancia histórica y
cultural, el aspecto dinámico del uso de suelo, la belleza escénica y el valor
estructurante de la caficultura y los valores de importancia social y cultural que se
pueden resumir en:
El valor del paisaje como patrimonio cultural e histórico (Paisaje como
fuente o archivo histórico y con historia para la educación, valor identitario),
El valor como indicador de calidad de vida y calidad ambiental (lazos
sociales, hábitat de flora y fauna, biodiversidad, agua y suelos, valor
estético del paisaje),
El valor como recurso económico y productivo (Valor recreativo, de
descanso y diferenciación, fuente de ingreso) (Kleefeld, Burggraaff 2006).
Con formato: Fuente:
(Predeterminado) Arial, 12 pto, Español
(alfab. internacional)
10
De ahí resultan varias tareas como la protección y conservación de la naturaleza y
el medio ambiente, la salvaguarda arqueológica, la protección de la arquitectura
tradicional, la salvaguarda de la historia, el registro y evaluación de los elementos
culturales, la productividad y rentabilidad, etc. así como el desarrollo de
oportunidades económicas. El paisaje cultural hoy en día muestra estructuras y
sustancia de la historia con efectos espaciales que a la hora de la planificación
territorial son “Anclaje de identidad regional, de Interés público de conservación,
Valor agregado potencial en el marco de una gestión integral del paisaje cultural”
(Kleefeld y Burggraaff, 2006). El problema de conservación y desarrollo de un
paisaje cultural es por tanto interdisciplinario y tiene que ver con la intensidad y
forma de los procesos de cambio, de transformación y abandono o destrucción de
los elementos históricos llevando a una pérdida de valores identitarios, sociales y
culturales y una homogeneización de estructuras y formas constructivas, un
empobrecimiento de fauna y flora y la simplificación de la imagen visual del
paisaje.
De la valoración de paisajes culturales
Para abordar el conocimiento, la valoración y el ordenamiento del paisaje cultural,
debe tenerse en cuenta la complejidad del territorio, el carácter físico y la
dimensión cultural. Como portador de símbolos y valores, el paisaje tiene que ser
percibido, interpretado y valorado por los habitantes locales para así identificar los
elementos de apropiación en su entorno cotidiano. Estos usos sociales son los
puntos centrales en la salvaguarda y manejo del territorio patrimonial, ahí residen
los valores que los habitantes atribuyen a los elementos de su entorno, describen
la forma en que la población accede al patrimonio y desarrolla prácticas
productivas (Duis, 2007). Son estos valores que crean y caracterizan el espacio
local, y por tanto el comportamiento y el sentir de la población local.
Los procesos participativos de valoración del paisaje permiten entonces un
acercamiento a la percepción subjetiva y, a su vez, contribuye a dinamizar
procesos de transformación y desarrollo de la sociedad. Desde un punto de vista
de la ordenación y gestión del paisaje, al paisaje se le atribuyen valores
ambientales, culturales e históricas, económicos y funcionales, estéticos, sociales,
identitarios y simbólicos, productivos, emocionales, sensoriales, representados en
factores reales del entorno cotidiano de la población.
Para acceder a los factores valorados por la población como primer actor que
transforma el territorio, se diseñó una metodología de talleres de valores que se
aplicó de manera exploratoria entre los años 2007 y 2009 en varios municipios de
los departamentos, especialmente en Risaralda y Quindío, con el fin de identificar
los principales factores de aprecio y valoración de los habitantes. Basado en las
entrevistas e investigaciones mediante talleres y visitas de campo se arrojó un alto
reconocimiento de los valores productivos y territoriales, ambientales y estéticos,
los relacionados con las construcciones, culturales y sociales (Duis 2007). A la
pregunta: ¿Qué tan importantes son los siguientes aspectos en la vida diaria? Los
habitantes entrevistados respondieron de la siguiente manera:
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Tabla 1: Factores de valoración
Variable Muy
importante Importante Poco importante
Arquitectura tradicional 60,00 26,00 8,00
Estructura urbana/ parque 44,00 40,00 10,00
Cultivos de pancoger 40,00 24,00 2,00
Sistema del café/ caficultura 66,00 28,00 2,00
Biodiversidad 62,00 26,00 2,00
Tradiciones 46,00 38,00 8,00
Guadua 40,00 38,00 16,00
Ganado 22,00 50,00 22,00
Artesanías 34,00 46,00 14,00
Plátano 36,00 42,00 12,00
Belleza del paisaje 76,00 12,00 8,00
Fiestas 26,00 54,00 16,00
Mitos y leyendas, tradición
oral 34,00 36,00 24,00
Cerámica y oro/arqueología 22,00 24,00 36,00
Plantas medicinales 28,00 26,00 30,00
Comida típica 42,00 36,00 10,00
En % de respuestas, respuestas múltiples. Encuesta exploratoria, no representativa (Duis
2007b).
Estos resultados constan de un reconocimiento de los valores. Así es que para
poder actuar sobre el paisaje como patrimonio cultural, tenemos que entender el
paisaje no solo como configuración material de un territorio, sino como relación
sensible con sus habitantes y su percepción sensorial (principalmente visual), así
que el paisaje se entiende “como territorio percibido, con toda la complejidad
psicológica y social que implica la percepción, desde los aspectos simplemente
visuales a los más profundos relacionados con la experiencia estética de la
contemplación y el estudio de “las variables relevantes para la explicación del
juicio estético de los paisajes” (Corraliza 1993, en Olmo Mata 2006).
Esta percepción, nos remite a la necesidad de construir modelos de ordenación
sostenibles con los habitantes, y formular sus aspiraciones sobre el paisaje,
iniciando con procesos de valoración. Así, lo local es el escenario por excelencia
para la construcción de lo público, es la escala más adecuada para generar un
sentido de pertenencia y de apropiación por su entorno en los habitantes. En
cuanto a los Paisajes culturales, señala la Declaración de Newcastle (2005): “que
ni el carácter universal ni la comprensión académica de los Paisajes culturales
deberían perjudicar a las comunidades locales ni deberían conducir a la
expropiación de los Paisajes culturales por agentes externos, sino al contrario, que
dicho carácter y comprensión debería tener en cuenta a las comunidades locales
como elementos vivos intrínsecos y esenciales de los paisajes”; y que “Todas las
políticas relacionadas y que afectan a los paisajes culturales deben respetar las
formas de vida, con frecuencia intangibles, de las comunidades que viven dentro
de dichos paisajes y deben estar provistos de los adecuados requisitos de acceso
y derechos culturales”.
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Esta planeación participativa debe unir las características de la estructura espacial
del paisaje con la estructura socioeconómica, partiendo de los valores sociales y
las necesidades locales asegurando la permanencia de los aspectos culturales y
visuales del paisaje.
Modelo y guía de ordenación para un desarrollo del territorio con identidad cultural
El gran reto del paisaje cultural consiste en abarcar tanto elementos culturales
como naturales, elementos tangibles como intangibles, usos actuales y futuros,
percepciones y aspiraciones subjetivas, objetivas, económicas y políticas. El
primer paso consiste entonces en visualizar estas percepciones y valores para
poder operacionalizarlos en términos territoriales. Hablamos de “usos sociales” y
de acuerdo a Camargo (en: Rodríguez 2005) son estos que más eficientemente
actúan sobre el territorio y lo transforman. De ahí, se muestra la necesidad de que
el ordenamiento territorial debe integrar de forma activa los elementos culturales,
sociales y ambientales y factores de valoración de la dinámica del paisaje rural.
Estos activos locales - culturales y naturales - hoy en día pasan por una
revalorización buscando diversificar los productos y procesos económicos que
valoren lo auténtico de una cultura, de un territorio, y demás formas que ponen en
valor los patrones culturales y el patrimonio cultural de una región. El valor
patrimonial, cultural e histórico se convierte en este proceso en un recurso
económico, buscando enseñar el valor de lo local más allá de los valores visuales
y dar un sentido y uso nuevo al espacio rural.
Ahora bien, para ordenar el paisaje es fundamental integrar a su población e
incluirla desde la identificación de los valores o elementos patrimoniales hasta la
formulación de objetivos de desarrollo local. En este sentido, la coordinación entre
el Plan de Manejo y el ordenamiento territorial debe proveer en forma planificada
los aspectos como:
o La generación de acuerdos frente a los diversos intereses de la población,
los sectores e instituciones,
o La identificación de prioridades para la distribución de recursos disponibles
a partir de la valoración participativa y la ponderación de los expertos,
o La identificación de fuentes de financiación para los programas de manejo,
o La determinación del tipo y organización de la participación social en el
proceso,
o La invención de una o varias categorías de protección, conservación,
recuperación y desarrollo para el paisaje cafetero como área de interés
paisajístico que asegura la conservación de sus valores productivos,
territoriales, culturales, sociales y ambientales.
En términos generales, se propone para la revisión de los planes de ordenamiento
los siguientes pasos para la integración del Plan de Manejo:
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Tabla 2: Articulación Plan de Manejo con el proceso de revisión de ordenamiento
territorial
Proceso Revisión del OT Integración Plan de manejo Paisaje Cultural Cafetero
Diagnostico
Componente urbano, rural y
general
Reconocimiento de bienes culturales y naturales en proceso
participativo, identificación de amenazas y priorización
Determinación de áreas de tratamiento especial
Proyección y alternativas
Modelo de desarrollo económico local basado en recursos
endógenos
Objetivos
Objetivos de desarrollo, conservación, recuperación y
protección
Objetivos de calidad de paisaje
Objetivos del Plan de Manejo
Estrategias y líneas de acción Estrategias transversales del PCC
Estrategias de tratamiento paisajístico y patrimonial
Normas y recomendaciones
Normas respecto a la visibilidad del paisaje
Normas para uso turístico y construcciones
Normas para suburbanización, parcelaciones
Recomendaciones para modelo de vivienda rural
Recomendaciones uso de agua, flora y fauna, suelo
Recomendaciones para caficultura sostenible
Normas restrictivas respecto a la minería y modelo de gestión
sostenible
Compatibilidad con normas vigentes, determinantes
ambientales, POMCA, PGAR, PAT, y demás disposiciones
legales
A nivel local, la metodología se centra en un reconocimiento territorial de los
aspectos de bienes patrimoniales, que constituyen la base para un modelo de
desarrollo local. Frente a su evaluación y valoración, se determinan los objetivos
de desarrollo rural y de calidad del paisaje. Esto hay que combinar con la
zonificación general de sistemas ecológicos (Sistema ecológico general), las
unidades de planificación rural, la valoración visual y el manejo de las cuencas
hidrogeográficas. Para finalmente determinar participativamente las estrategias y
actuaciones pertinentes y coherentes con la dinámica del territorio.
Así, el primer paso es realizar un registro participativo de los bienes patrimoniales
en zonas rurales desde el conocimiento local.
Ejemplo de registro de información: Bienes patrimoniales
Bien patrimonial Tipo Cantidad Uso Amenaza
Casas de
Bahareque
Arquitectónico 6 casas Habitacional, comercial,
productivo
Falta de
mantenimiento
Bosques de
guadua
Natural 2 parches 1
ripario
Artesanal, construcción,
protección de fuentes
hídricas
Tala
14
Para los bienes priorizados se determina el significado patrimonial que se
compone del valor cultural e histórico del bien cultural identificado, se aprecia la
singularidad del bien y el estado actual de conservación para finalmente identificar
las necesidades de manejo en un contexto de desarrollo local.
Cuadro 5: Priorización y propuestas de actuación
Bien cultural priorizado: Paso de los Aguadeños, Circasia, Vereda Barcelona Alta
Descripción: El Paso de los Aguadeños era un puente de arriería sobre el Río Roble, techado en
astilla de leña, luego con tejas de barro, en un camino de herradura que a mediados del siglo 20
tenía mucha importancia como vía de comunicación principal entre Filandia y Circasia y
Montenegro.
Significado patrimonial (valor cultural e histórico): Alto por contar una historia local, tener
importancia ambiental (Río roble, fuentes y nacimientos de agua), potencial turístico, existe
además una leyenda de un tesoro en el moro.
Singularidad: alta dado su historia si bien se perdió la estructura antiguo del puente.
Estado actual de conservación: Puente en material en buen estado, vía de acceso regular.
Memoria/ historia del sitio se está perdiendo. La CRQ está reglamentando el uso de la Cuenca del
Río Roble en el marco del POMCA Río la Vieja.
Propuestas de actuación (protección, conservación y desarrollo):
Recuperación y divulgación de la historia local, la leyenda y su aprovechamiento sostenible como
sitio patrimonial
Valorar los miradores y cuencas visuales dando sustento al café
Recuperar el paisaje cultural
De esta metodología se desglosan estrategias y programas específicos para el
tratamiento del paisaje cultural considerando áreas estratégicas para mantener la
integridad del paisaje cultural:
la protección de cuencas hidrográficas,
la protección de cuencas visuales, corredores de interés paisajístico e hitos
visuales,
la conservación de elementos patrimoniales y la cultura cafetera,
la recuperación de la arquitectura tradicional y formas adaptadas para
vivienda rural,
la investigación del patrimonio arqueológico,
el desarrollo de la caficultura sostenible en el ecotopo cafetero y su entorno
y procesos productivos.
Paralelo, hay que tener en cuenta los objetivos y estrategias del Plan de Manejo
del Paisaje Cultural Cafetero de manera transversal.
Cuadro 6: Definición de objetivos de manejo, ejercicio piloto Circasia Quindío
Objetivos generales de desarrollo Objetivos de calidad de paisaje como
patrimonio (visión estética, social y cultural)
Mejorar la calidad de vida al campesino Mejorar la producción del café con el fin
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Incentivos al campo
Acompañamiento de otras instituciones
al campo
Cooperar entre los caficultores
Arreglar carreteras
de dar sustento a la caficultura y al
paisaje
Conservar la naturaleza
Recuperar las tradiciones constructivas
y restaurar casas en bahareque
Valorar los miradores y cuencas
visuales
Recuperar el paisaje cultural
Los bienes identificados y las propuestas de actuaciones se unen y complementan
en una tabla de síntesis donde convergen los conocimientos internos (comunidad)
y externos (consultas bibliográficas, consulta expertos). Luego, desde un modelo
de ocupación territorial coherente con el modelo de desarrollo local con identidad
cultural se elaboran las estrategias de ordenamiento territorial que corresponden a
la vez al Plan de Manejo.
Desde el ejercicio local, se pueden establecer las siguientes propuestas y
directrices (Estudio piloto Circasia, Quindío):
Objetivos Propuestas de actuación Estrategias
Objetivos generales:
Mejorar la calidad de vida al
campesino
Mantener y mejorar la red vial
especialmente el acceso a las
veredas
Acompañamiento de otras
instituciones al campo
Cooperar entre los caficultores
Incentivos al campo
Arreglar carreteras y servicios
públicos
Coordinación de las políticas
sectoriales
Asociatividad
Gestión de proyectos
Coordinación de las políticas
sectoriales para una política de
desarrollo rural
Elaboración de Fichas de
actuación urbana, rural y
patrimonio arquitectónico
Identificación y reglamentación
de zonas suburbanas
Fomento de la asociatividad y
gestión de proyectos
Objetivos de calidad de
Paisaje:
Mejorar la producción del café
Conservar la naturaleza
Valorar los miradores y
cuencas visuales
Recuperar el paisaje cultural
Recuperar las tradiciones
constructivas y restaurar casas
en bahareque
Recuperar la historia
Tecnología de beneficios para
procesos productivos
mantenimiento y
mejoramiento, dotación o
cooperación.
Conservar los bosques,
guaduales y fuentes de agua
Recuperar tradiciones
constructivas
Restaurar casas en bahareque
Diseñar modelo de
arquitectura rural que respete
elementos tradicionales
conservar y mostrar
Maquinaria antigua por fines
expositores
identificar, valorar y proteger el
patrimonio arqueológico y
paleo ecológico
Recuperación, investigación,
conservación de la tradición
oral, de la historia, de los
conocimientos tradicionales
Programas e incentivos para la
caficultura
Incentivos a la caficultura
sostenible
Programas de servicios
ambientales
Exenciones para casas en
bahareque para su
mantenimiento
Gestión de proyectos para la
restauración de la arquitectura
tradicional
Cooperación con
universidades
Incentivos para conservación
de antigüedades de interés
cultural y turístico
Fomento a la arqueología
preventiva
Diseño de marca Territorio con
identidad cultural
Fomento a investigaciones y
programas culturales
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Para concluir, es importante que con esta metodología se inicia el levantamiento
de información sobre los bienes culturales y naturales como patrimonio tanto en
las zonas urbanas como rurales, se identifican cuencas visuales, corredores
paisajísticos e hitos de especial interés para la recreación y turismo para así
determinar los objetivos y estrategias para su manejo y las oportunidades para el
desarrollo local. Así, el plan de manejo del Paisaje Cultural Cafetero no solo se
integrara en la fase del diagnostico sino de manera transversal en todas las fases
de ordenamiento territorial influyendo las políticas urbanas y rurales hacia un
desarrollo local con identidad cultural.
Conclusiones
El ordenamiento territorial es una política del Estado y un proceso planificado de
naturaleza política, técnica y administrativa, cuyo objeto central es el de organizar,
armonizar y administrar la ocupación y el uso sostenible del espacio. El
ordenamiento territorial (OT) por tanto es un instrumento indispensable para
intervenir sobre un territorio “patrimonial” – en este caso el Paisaje Cultural
Cafetero - de manera planificada.
En cuanto al Paisaje Cultural Cafetero es de suma importancia diseñar las
medidas para su conservación, protección y desarrollo que se integren en las
políticas públicas. Esto requiere:
o una clara conceptualización de sus valores a partir de los usos y valores
sociales,
o una comunicación y procesos de participación permanente,
o la integración del Paisaje Cultural como patrimonio territorial en los
procesos de planificación desde un principio,
o instrumentos tributarios, financieros, normativos y de gestión definidos y
aplicados,
o la generación de capacidades locales para la gestión, la toma de decisiones
y la concertación,
la vinculación de la ciudadanía a procesos económicos y políticos que se
definen desde lo cultural y el dialogo con los actores sociales sobre sus
perspectivas de desarrollo,
La conservación del patrimonio en su forma tradicional debe en este proceso
ceder a una “efectiva apropiación creativa” en la cual se vincula la estética con la
ética, recuperando el sentido y valor de la belleza del espacio, como un aspecto
importante de la calidad de vida y así generar nuevas propuestas para la
arquitectura, las creaciones culturales y artesanales, el urbanismo, etc. que
reflejan valores y construyen nuevos.
Requiere esto una revisión profunda del proceso de ordenamiento territorial como
política estatal, sus funciones y alcances, y nuevos planteamientos donde el
estado tomaría la función de mediador, de facilitador entre las diversas instancias,
instituciones, aspectos y sectores para generar coaliciones y redes de actores
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sociales, que generen alternativas de desarrollo local a partir de los potenciales
endógenos. Esto significaría un modelo hacia un ordenamiento territorial
cualitativo, social y local, que no pretende ser una camisa de fuerza, sino dialogo
para la co-construcción del territorio, concertación entre actores sociales para así
retomar, unificar, ordenar espacios y sus usos a partir de mesas de trabajo,
concertación sectorial, foros regionales, etc.
Este modelo debe responder a la complejidad del territorio que apunta a la
innovación social, encadenamientos productivos como apuestas de desarrollo
rural, apropiación social del patrimonio y medio ambiente desde procesos de
educación y empoderamiento y la voluntad política que facilita las condiciones
básicas como infraestructura vial, servicios públicos, etc.
En este sentido deberíamos pensar en un Re-Ordenamiento territorial, con la
inclusión del patrimonio cultural provisto en la ley 388, la valoración de la identidad
cultural, la necesidad de proveer vivienda digna (habitabilidad) acorde a modelos,
estilos y formas de vivienda típica para responder al derecho de estética, la
formación, capacitación y promoción del empleo rural y el apoyo a empresas
familiares.
En este sentido, la identidad cultural del territorio como factor diferenciador se
puede convertir en estrategia de desarrollo territorial rural a partir de la puesta en
valor de los productos y servicios con identidad cultural (Soto Uribe 2006). La
función de los bienes culturales en este sentido es construir lazos sociales,
vínculos de cohesión, de identidad y de memoria para generar un desarrollo social
y económico en un territorio considerado contenedor de una cultura propia a partir
de la cual se pueden construir nichos específicos de mercado por ejemplo con
productos certificados, la denominación de origen, las marcas.
Así el concepto integrado, territorial, social y visual del paisaje cultural aporta a
reposicionar y valorar la labor del campo y la cultura cafetera, buscando formas
innovadores y oportunidades para los habitantes rurales y creando sistemas
productivos locales con relaciones de confianza y recursos colectivos.
En conjunto, la gestión inteligente de los valores naturales y culturales de un
territorio constituye uno de los factores clave para su desarrollo socioeconómico,
porque atrae turismo e inversiones, genera actividades y puestos de trabajo, pero
muy fundamentalmente, porque refuerza la identidad y cohesión territorial. El
Ordenamiento territorial (OT) como instrumento indispensable para intervenir
sobre un territorio “patrimonial” – en este caso el Paisaje Cultural Cafetero - de
manera planificada en función de estos principios debe reiterar un proceso de
caracterización, valoración, evaluación, definición de objetivos de paisaje y
directrices para asegurar la sostenibilidad del Paisaje Cultural Cafetero. Así, la
declaratoria del Paisaje Cultural Cafetero como Patrimonio Mundial puede aportar
a la valoración de los sistemas tradicionales y de la cultura cafetera generando
nuevos valores y alternativas de desarrollo local.
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Bibliografía
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